En julio de 2003, ‘El fantasma de la Tercia’ se grabó en Moscú a cargo de la Russian Philharmonic Orchestra en los estudios cinematográficos del Mosfilm bajo la dirección de Lin Tao. Ahora se va a proceder a grabar todas las partes vocales y posteriormente los coros, “debido principalmente a las circunstancias especiales que estamos viviendo y que impiden que los grupos numerosos compartan un espacio cerrado y reducido como es el estudio de grabación”, según explica el director de la compañía.

El elenco estará encabezado por el tenor Luis Dámaso, a quien acompañanarán la soprano Guiomar Cantó (Doña Ana), las sopranos cómicas Paloma Friedhoff (María Manuela) y Carmen Mateo (Benigna), la mezzosoprano Lola Casariego (Clavelera), el barítono Gerado Bullón (Don Jacobo Mª), el bajo Pablo García (Don Luis Cutillas), el tenor cómico Carlos Crooke (Chispa) y el tenor de carácter Jesús Cantolla (El Pintao).

Como detalla la nota de la Compañía Julián Santos, ‘El fantasma de la Tercia’ es la primera zarzuela ‘grande’ del compositor. “La obra se sitúa en Jumilla en el siglo XVIII, con tres actos bien diferenciados: el primero en una finca de labor en el periodo que dura la vendimia, el segundo acto nos traslada al casco urbano de Jumilla en la festividad de todos los Santos y, por último, el acto final se desarrolla durante la Nochebuena. Don Jacobo Mª (Barítono), corregidor de la ciudad, viudo entrado en años pretende a una joven, doña Ana (Soprano), hija de don Luis de Cutillas (Bajo), aristócrata de la época. Don Julián (Tenor), hijo del corregidor que cursa estudios en Alcalá, se enamora de la que podría llegar a ser su madrastra, y este amor es correspondido por la joven. Para evitar ser descubiertos Julián se oculta tras unas ropas que le dan apariencia de fantasma a fin de visitar a la joven por las noches en la posada donde se hospedan”.

La obra termina trágicamente, según apunta el director, “el corregidor descubre que está siendo víctima de un engaño por parte de doña Ana, decidiendo vengar su afrenta y asesinando a ese ‘fantasma nocturno’ ignorando que es su propio hijo. Los coros de ánimas y actores de carácter le dan un toque cómico a la trágica obra”. Los temas musicales utilizados abarcan desde motivos del folclore jumillano, hasta temas con un espíritu casi verista. Eugenio Santos, nieto del compositor y artífice principal de la recuperación de la obra, escribió un final para ella ya que en la partitura sólo existía poco más de un minuto y medio de música instrumental.